martes, 14 de diciembre de 2010

Pasado, Presente y Futuro: León

La música me invade, me hace mover, me hace reír, me hace sentir fuerte, seguro y a salvo... sobre mi Rama dejo que la música divertida haga su efecto sobre mi figura, me revuelco sobre ella y ronroneo lleno de placer; hay algo que no puedo evitar sentir cuando pienso en él... cuando sé que voy a escribir sobre él... y es que en definitiva, adoro reir, adoro cantar, hacer cualquier tipo de cosas que me ponen en contacto con mi interior, con él... adoro moverme, adoro los bosquecillos y adoro todas esas cosas relacionadas al amor que solíamos hacer juntos...
Y eso es algo que me permití recordar con el tiempo... pero me estoy adelantando. Dejo de rodar sobre mi rama y tras lanzar un suave ronroneo de placer, me quedo mirando el cielo nocturno, las estrellas y viajo a ese momento en que abandoné la Zona de Refugio...

El campamento, que fue guarida de tres amigos, refugio de un Yo-Máscara débil e inmaduro, empezó a desvancerse lentamente en el momento en que me aleje de allí; las cosas no suelen perdurar mucho dentro de la Matrix y, parafraseando a cierto vaquero errante, eso es porque "el mundo se ha movido" y por tal motivo, las cosas no perduran, se desgastan más rápido de lo habitual.
El resto del viaje hacia el Mundo Antiguo, atravesando regiones más o menos deserticas, habitadas por criaturas de apariencia humana fue relativamente fácil en comparación a los meses anteriores; tuve que luchar con las Sombras de la Ansiedad e incluso con los Ecos amenazantes del Engendro, a los cuales logré vencer en todo momento... debo ser sincero, también tuve miedo, y es que borrar las cuestiones traumáticas de cada uno no son fáciles. 
Recordar las celdas... bueno, hacen que me tiemblen las patitas!
No obstante, en aquél trayecto había aprendido poderosos hechizos, plegarias y ejercicios para salir adelante... y los usaba a la menor oportunidad que tenía, debía ser certero, no dudar más... había pasado dudando mucho tiempo y así me había perdido. Nunca más podía volver a cometer semejante descuido de mi Self.

Entonces, tras algunos meses más de recorrer tierras de nadie... los primeros verdaderos brotes, los primeros árboles y ríos me dieron la bienvenida, la brisa fresca soplaba suavemente, el sol no quemaba indiferente y las lunas murmuraban sus secretos a quién podía escucharlas. 
Estaba en casa... todo era nuevo y viejo a un mismo tiempo para mi, antes había visto estos lugares, pero no los había apreciado todo lo que podía, siempre había soñado con este lugar como una forma de escapar... ahora valoraba esto como un verdadero paraíso, por si mismo, no por ser algo dónde huir.
Bebí de sus aguas cristalinas y me contemple en un estanque... y mi rostro me asustó.
Estaba exultante pero las marcas de mi trayecto estaban impresas en mi rostro, mis manos se deslizaron por mis andrajosas vestimentas... y a través de los múltiples desgarrones de tela se apreciaba la mugre y las heridas en la piel, cicatrices pegadas de las torturas auto-infligidas por mi en los subterráneos de la Ciudad de los Muertos Vivientes... y otras mas recientes obtenidas en mi escape de tal infierno.
Me largué a llorar frente a tales recuerdos.
Había abierta pena y alegría reticente en aquellas lágrimas... 
Me quedé allí, mucho tiempo, reflexionando acerca de todas las magias que habían obrado en mi persona para reparar este cuerpo... desde mi madre Rosa y mi hermano Elfo, pasando por el Oso y la Pantera, hasta llegar al Lobo y la Leopardo... habían hecho que me conectara con todos los aspectos posibles de mi Self para sanarme a mi mismo, y hasta esto había llegado. Un figura delgada, fuerte, pero llena de marcas... aún debía seguir sanando, debía comprender un aspecto más en mi interior para conseguir una curación completa.
Por unos momentos me pregunté lo que mi Yo se había preguntado cuando aún estábamos en la Zona de Refugio: - Quién nos llama, qué Destino?
No sabía la respuesta, estaba demasiado cansado... demasiado embargado por las emociones, una violenta pena, una profunda tristeza, una ferviente esperanza de seguir hallando respuestas. Abatido, me recoste sobre la hierba fresca y mullida, y empecé a cantar lo que me había traído hasta aquí: - "La vida es un misterio... todos deben levantarse solos... te escucho decir mi nombre... y se siente como el Hogar.... Cuando dices mi nombre es como una pequeña plegaria... Cierro mis ojos, y siento que estoy cayendo... oh, dioses... ayúdenme..."

Caí dormido mientras cantaba, y me dejé llevar, no había peligro posible para mi y simplemente me dejé llevar, tal vez deseando dormir eternamente y que la curación viniera por sí misma.
En cierto modo, eso fue lo que ocurrió.
Mientras dormía, percibí que alguien vino a mí, pero no tuve miedo... era alguien a quien conocía, aunque jamás había experimentado una fuerza semejante, un fuego tan apasionado latiendo en un corazón tan tierno. Era el Self de un guerrero. Me levantó entre sus brazos, dijo palabras llenas de amor, de perdón y arrepentimiento, palabras que eran fragmentos de una Historia compartida en el Mundo Antiguo... y aquél ser me transportó al interior del Bosque y me depositó sobre su regazo.
Allí, mientras su dedos acariciaban mi cabello, de una manera tan delicadamente familiar... empezó a cantar, siguiendo la misma canción con la que me había entregado al sueño - "Escucho tu voz, es como un ángel brillando, no tengo otra opción... escucho tu voz, se siente como volar... es como un sueño, sin final ni principio... tu estas aquí conmigo, es como un sueño, te escucho decir mi nombre y se siente como el Hogar, tú eres un misterio para mi..."
Entonces desperté... y él estaba allí, con sus ojos verdes tan refulgentes como las oscuras hojas verdes iluminadas por el sol, el orgullo del cazador brillaba en esa mirada, tamizada con la pasión de un corazón humilde y bondadoso, la expresión de un frío guerrero que sabe cuando pelear y cuando dejar de hacerlo.

- "León..." - susurré, casi sin voz, y mis labios se curvaron levemente al verlo.

Y él dijo - "He atravesado el Tiempo y el Espacio para encontrarte, nunca estas sólo, siempre estoy contigo..."

Por un momento mi sonrisa se congeló, al verlo a él tan brillante y oscuro, con su mirada profunda, fiera y amable, con su cabello castaño alborotado por la brisa, su piel tersa y dignificada por una cicatriz que ha llevado en todas su encarnaciones.... al verlo tan fuerte y hermoso, sentí verguenza de su proximidad, recordé mi aspecto, herido y marcado, mis acciones inmaduras... y traté de zafarme de él.

- "Shh..." - dijo León, aferrándome con suavidad, pero con firmeza, conteniendo mi temor - "Olvida ya esas ideas, no hay en ti nada de lo que debas avergonzarte... has llegado hasta aquí a fuerza de tu propia valía, de la amistad y el amor que has sabido despertar en otros... estas marcas que te atormentan son las del guerrero, y se iran, y mientras se retiran yo las amaré, como tu amas la que acompaña a mi rostro"

No tuve fuerzas para responderle, ni para decirle nada... tan sólo pude contemplarlo, no sólo la belleza digna de su rostro, sino sentir la fuerza de su cuerpo. Y ocurrió allí la misma magia que había acontecido antes con la Rosa, el Elfo, el Oso, la Pantera, el Lobo y la Leopardo... me estaba viendo reflejado en esos ojos verdes, me veía tal cual era mi propio Espiritu; me estaba devolviendo todo lo que alguna vez había fluido de mi, su Self y el Mío estaban hablando, recordando nuestra historia de errores, de aciertos, de enojos y de pasiones, de tristeza y alegrías, de eterna lealtad.
Era la Historia de nuestro amor....

León me sonrío y dijo - "Escucha, esto es para tí..."


Ahora Somos Libres.

Cuando las Tinieblas se retiran,  
frente a la Armonia que nos purifica.
Cuando mi Espíritu vuela tranquilo en la  Existencia
puedo mirar hacia el Pasado...
... y recordar tu figura entre las Estrellas.

En un tiempo de risas falsas y milenaria alegría efímera...
... tu fugaz presencia era verdadera.
Mordreth... o  Maëwynn...
Eres tan desconcertante como los destellos...
... que siempre ocultan los peligros que traes.

¿Recuerdas a nuestros leales amigos?

Cuando el viento acaricia 
tu desarmante frágilidad... 
... cuando sonríes, 
siempre se conmueve mi corazón.

La sonrisa que me regalas, se desvanece.
Tu alegria al bailar, que tanto me seduce...
... se ha ido.
Entre miles de miradas, siempre permaneces tú...
un recuerdo vivo que viene hacia mi...
Porque siempre has venido a mi...

Solo al atravesar la Puerta comprendo...
... que siempre has estado para mi...
Frente a tus tantos recuerdos...
... me pregunto  si yo he estado para ti.
Por mis malas acciones...
... que  te hirieron...
... te has alejado de mi.

El recuerdo de tu ultraje...
... me atormenta.

No me puedo rendir frente a nuestros pecados...
porque ahora busco redimirme...
Y ante tu alma solitaria poder presentarme
para que al pronunciar tu Nombre...
... ya no te desvanezcas.


Antes de que León pudiera seguir cantando, puse mis dedos sobre sus labios suavemente, entonces él tomó mis dedos y se inclinó para cubrir mis labios con los suyos.
Había comprendido la última parte que me faltaba para completar la verdadera sanación.
No había más que decir... al menos no en ése momento, más adelante habría tiempo para decidir qué hacer, con la Misión, con el Destino, por ahora... estaba en paz.
Estaba con León.
Había vuelto al Hogar.

Cuando tú me encontraste...


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