martes, 12 de octubre de 2010

La Caída: Primera Parte - Desconcierto.

Una vez más me encuentro vigilando la noche, tal vez no debiera hacerlo, hábida cuenta que por estas horas turbias [2:00 am a 4:00 am], El Velo que separa algunos planos se vuelve menos denso y algunas cosas deciden arrastrarse de sus espacios entre los Mundos para, en el mejor de los casos, fisgonear con curiosa insania a los que habitan aquí... en el más habitual de los casos, entes menos definidos se mueven como insectos de un lado para otro apropiándose de ideas y sueños para subsistir... en el peor de los casos... Entidades más conscientes tejen pesadillas y siembran miedo tanto en los que duermen como en los que estan despiertos.
A veces, si uno no está advertido y protegido... ni el rayo de Sol más intenso puede alejar los residuos de tales entidades. Ah... pero no hablaré sobre ellos, no hoy al menos.
Y sigo pensando que tal vez no debiera seguir despierto, más teniendo en cuenta qué es lo que quiero relatar a continuación.
No obstante, debido a los tiempos que corren, y por situaciones que han ocurrido y que pueden llegar a desatarse a futuro inmediato... es bueno que haga un repaso de lo que he pasado en los últimos años... y es que a veces, enfrentar a los demonios en sus propios terrenos es la manera más efectiva de vencerlos.
Ya sabes... si vas a pelear, que sea en una posición más alta y en tus términos, en tus tiempos y en el lugar de tu elección...

Mi cola se agita y lanzo un maullido a la Noche, tenue, pero firme y no puedo dejar de sentir algo de inquietud... estos recuerdos son parte de mi pasado mas turbio, de mi caída, signo de la decadencia que me invadió en años anteriores...
Mis ojos dorados resplandecen, soy un espectro más esta noche... y viajo con la mente y el corazón a esos momentos que marcaron el inicio de mi descenso...
Por ese entonces... estos eran mis pensamientos...

"Escucho en silencio, palabras sin sentido. Simplemente escucharlos hablar a la Nada, es una verdad desquiciante. A veces sólo quiero huir, con mis ojos llenos de lágrimas... esconderme de la gente, de su sin sentido, de sus explicaciones, de sus pensamientos, de sus sentimientos. Y aunque sé que no han de mancharme, perturban mi paz.
Pero no me odian, me quieren... y ese cariño me llama y termina confundiéndome.
Entonces soy yo quien no puede manejarlo, soy yo el que debe apartarse. Quiero cerrar los ojos y no escucharlos hablar.
A veces lo logro, es cuando más cerca de los míos me encuentro... pero estoy entre criaturas mortales de un mundo alterado. No hay honor ni respeto en sus palabras, se las lleva el mismo frío gélido que invade sus corazones; no comprendo sus motivaciones, apenas si entiendo la lógica que sustenta su pensar.
Tal vez deba cerrar una puerta y olvidarme lo que hay detrás de ella.
Estoy cansado de comprender.

¡Sean gentiles, por todos los dioses!

Hoy me di cuenta que estoy solo. Más de lo que me atrevía a admitir. Y no hay consuelo ni piedad para mis lágrimas, como no la hay para los que lloran con el alma dolorida de tanta mundanidad.
Cuanto egoísmo invade el corazón de los mortales. Incluso de algunos de los míos. No tengo lugar en este mundo, en el mundo de los mortales... y a pesar de que los Durnnai amamos la Tierra, hemos empezado a abandonarla. La Discordia se mueve libremente por el mundo y todos caen rendidos ante Ella... ¿qué podemos hacer nosotros, más que resistir?
¡Oh, dioses, difíciles son los Tiempos que vuestros Hijos recorren!
Ayúdanos a tener paciencia... pero que esa paciencia no duerma el Alma. La verdad aún reluce en sus ojos y lo recuerdo.
Por él aún me sostengo. Y lo que guarda mi corazón me da fuerzas... aunque hoy ya no quiero seguir adelante, quiero hundirme en la bendita tierra, dejar que las hojas de los árboles me cubran con el cariño que los mortales no saben proporcionarme... ¿acaso la Naturaleza me cuestiona? No, simplemente me acepta, me acompaña y me permite correr entre sus bosques con la inocencia y la gentilidad de la Tierra que Es en el Oeste.
Pero estoy tan cansado de hablar cosas que nadie entiende ni escucha... A dondequiera que vaya, no puedo escapar de esa verdad. 

Viajo al interior de mi Alma, mis pies me llevan por senderos de verdes prados, extensiones que sólo mi gente y los dioses conocen. Y hay lugares de mí que ni siquiera yo conozco... pero no les temo, simplemente ansío caminar por esos lugares, aunque sé que aún no es mi Tiempo de Sabiduría.
Y en cada Bosque, en cada río, en montañas y mares, los que me aman de la misma manera que los amo, me hablan. Me cantan frases de cariño, palabras de bondad, frases que sólo mi espíritu puede comprender... sólo entonces me permito descansar y me río, con una risa que me recuerda la alegría que se fue de las costas de mi alma.
¡Ah, como me gusta reír con el corazón rebosante de amor por los míos!
Pero cuando miro hacia tras lo único que veo es el sin sentido del mundo mortal. No porque la Tierra no tenga significado en la Existencia, sino porque sus habitantes pelean por sostenerlo... aún las Almas despiertas permanecen en la quietud de la desesperanza. Aburridas, asustadas, demasiado cansadas para hacer algo más que contemplar... me dejan solo.
Y eso me aterra; me abrazo a mí mismo frente a la frialdad de los demás y suspiro en la noche.
No tengo lugar en este Mundo.

Hay tantas cosas por decir, tanto que se pierde, tanto que se olvida, cosas que no tienen sentido. Cosas que se dejan. Y algunas cosas duelen tanto. Pero nadie hará nada por cambiarlo. No les importa.
En definitiva, les gusta que así sea.
A mí no."


Parpadeo... me relamo los bigotes y estornudo, aún hoy esas sensaciones me conmueven el corazón, pues veo lo vulnerable y frágil que era por ese entonces... apenas un joven que jugaba y soñaba con ser alguien. Había empezado a transitar los nuevos senderos de un terreno más peligroso de lo que podía imaginar...
Era joven y no me daba cuenta que incluso mi conexión con lo más puro, mis bosques primordiales, empezaba a tornarse del gris mundano... y aunque no puede corromperse el Mundo Antiguo, si podía afectarme a mi, arrastrándome lentamente lejos de lugares mas sacros, llevandome como en ensueños de pesar por lugares tortuosos...
Era como uno de los niños que seguía al flautista del cuento, lamentablemente tiendo a creer que no era Hamelin... sino ése otro ente, el Reptante, el Flautista Loco del Caos.  Como sea, para el caso ahora es lo mismo...
No puedo evitar suspirar... aún falta mucho para recorrer esta parte del entramado de mi pasado, debo superarlo, debo recordarlo, para recordar lo que me venció, y rememorar lo que me fortaleció...
Debo honrar mi camino transitado... para pisar con fuerza el que viene.
¿Hago solo esta reflexión? ¿Estoy solo?

Y León, me susurra...

"No, yo estoy contigo... y otros más, que tienen la bendición de poder sentirte en este plano. Estamos aquí, en tu corazón, como tú estas en los nuestros. Adelante, sigue."


Maullo con inquietud, debo ser sincero... me tiemblan las piernitas, pero ya inicie esto y hay que terminarlo. Y mi León tiene razón... no estoy sólo, ya no. Adelante... hay que seguir.
Mañana viajaré a la segunda parte de mi relato.

Buscando protección, alejándome, perdiéndome...


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