lunes, 4 de febrero de 2013

Relato IV: La Caja de Pandora



El siguiente cuento fue presentado en el concurso "Mundo Ciberpunk" (por octubre del 2012) del foro de fantasía épica www.fantasíaepica.com.
En esta oportunidad, el relato alcanzó 17 puntos que no fueron suficientes como para colocarlo en el podio de los cinco más votados.
  
Bases del Reto y descripción de lo que se espera en un mundo Ciberpunk

Bases

- El relato podrá tener como escenario cualquiera del entorno cyberpunk (corporativo, netrunner, bajos fondos, una mezcla de todos eso, etc).
- La extensión del relato será de 2400 palabras, formato word, entrelineado sencillo y fuente Times New Roman 12 (lo que corresponde más o menos a una página más de lo habitual, a fin de poder exponer bien el entorno cyberpunk, sin recortar la historia).

Descripción del Ciberpunk
Se enmarca en un futuro cercano, lo que sería para nosotros en el 2050, poco más o menos.
Los gobiernos han pasado a un segundo plano. "Sobre el papel" siguen gobernando y dirigiendo los países, pero en realidad el control y poder lo ostentan las corporaciones. En el mundo existen entre diez y quince gigantes corporativos cuya influencia y poder a nivel global es conocido (y reconocido) por todos (incluidos los ciudadanos de a pie de cualquier parte del mundo). En cuanto a la sociedad, la clase alta y medio-alta suele estar formada mayoritariamente por los elementos corporativos de alto nivel (ejecutivos corporativos de alto rango), la clase media existe, (si bien la mayoría de sus integrantes también pertenecen a los rangos medios corporativos), y en lo más bajo encontramos una amalgama de gente, una gran parte de la cual delinque (en mayor o menos medidia) como medio de vida habitual, y que pocas veces tienen nada que ver con las corporaciones.

La medicina, la informática, la cibernética y la biotecnología han dado un salto enorme en cuanto a avances en sus respectivos campos. Por ello, no es extraño encontrar gente con ciberimplantes diversos (que suelen ser de baja calidad, a no ser que hablemos de gente con dinero y contactos), que potencian habilidades físicas y mentales. Los hay estéticos (como tatuajes y uñas que cambian de color), físicos que potencian fuerza, velocidad, reflejos, visión nocturna, implantes de blindaje subcutáneo, etc, y mentales, como chips de memoria implantada que hacen que sepas un idioma concreto de la noche a la mañana, o que tengas conocimientos diversos sobre una área concreta (sin tener que haberlos estudiado). Por supuesto existen "aparatos" con prestaciones similares para los que no poseen los recursos económicos para dichos implantes cibernéticos, como gafas con visión nocturna (y la apariencia de unas simples gafas corrientes), etc.
Internet ahora es un mundo aparte. Los netrunners (gente cuya vida es moverse por la red) se conectan a los ordenadores por medio de interfaces cibernéticas implantadas en su córtex, y que les permiten meterse "literalmente" en la red (abandonando su cuerpo en una especie de estado comatoso o durmiente, y por tanto indefenso, hasta el regreso de su "conciencia"). Son contratados a menudo para robar datos y conseguir información, un oficio peligroso, pues existen defensas informáticas que pueden matar al netrunner (literalmente, friéndole el cerebro).
Esto es, a grandes trazos, en lo que consiste una ambientación cyberpunk.



 - La Caja de Pandora -


Tras las crisis socio-económicas mundiales, la compañía Ingenetronics interviene en distintos aspectos de la vida del ser humano: entretenimiento, trabajo, comunicación, educación, alimentación, ciencia y tecnología. En pocos meses descomprime la presión que sufrían los gobiernos de aquella época y solventa las fallas del viejo sistema ganando terreno a nivel mundial. En las ciudades más importantes del mundo empiezan la construcción de las Torres Babilonia.
Ésta fue la Fase I: Renovación.
Dentro de ellas, Ingenetronics sustituye Internet por la Info-Red-Neural (conexiones entre el cerebro y computadoras) a la vez que implementa el Proyecto Educlaves (supresión emocional mediante claves educativas). Con el tiempo, los habitantes de las Torres comienzan a llamarse Homo-Technis.
En secreto, a los que viven fuera de las Torres, Ingenetronics les suministra la droga Pigritia-4 en los alimentos, provocando una leve letargia e inhibición del ánimo. Otras drogas, sin embargo, son puestas en el mercado siendo las más comunes Luxus-2 y Anger-7, estimulantes estético-sexuales y potenciadores físicos. 
Ésta fue la Fase II: Desarrollo.
Algunos adictos generaron una resistencia a aquellas drogas y comprendieron la situación en la que se encontraban. Formaron grupos que contaban con sus propios y anónimos Líderes: Oráculo, Profeta, Madame Xanadú, Augurio, Sibila y otros nombres clave.
Durante años, la Resistencia puso en jaque los planes de Ingenetronics… hasta que los Líderes desaparecieron sin dejar rastro.

Thomas Blaine estaba de pie en el dormitorio que había compartido con su mujer; en la habitación contigua había dormido su hijo, pero todo había desaparecido; el apartamento era una pocilga ruinosa y sucia, guarida para los pordioseros, yonkis y ladrones de Manhattan.
Observando aquél lugar, no sintió nada. Si su familia vivía aún, no le importaba. El hombre que fue, había dejado de serlo. Los recuerdos que tenía de ellos no estaban investidos de afecto, cortesía de Ingenetronics y las secuelas de su adicción al Anger-7. Contempló el brazalete electrónico que le suministraba la droga de forma regulada y a la que recurría para sus misiones.
—Para quien dice que no le importa su antigua vida, vienes muy seguido —dijo alguien a sus espaldas—. Confiésalo, quieres encontrar a tu familia.
Thomas contempló a la mujer recién llegada.
Marin Reyes tenía un rostro provocador, cabello negro, cortado a flequillo y sus redondeces apenas entraban en el ceñido trajecillo rojo. Ser una adicta al Luxus-2, en algunos casos, te volvía una hembra monumental, pero allí se acababa todo lo bueno. Al menos no estaba loca.
—No lo entiendes, Reyes. No busco recuerdos, ni quiero una familia —respondió el hombre mientras encendía un cigarrillo—. ¿Hay noticias de los Líderes?
—No, luego de dos meses de silencio deberías aceptar que la Resistencia se ha ido a la mierda. Nadie sabe nada de Oráculo, ni de Sibila o Profeta… tampoco de Augurio —dijo ella—. Creo que los cyborgs los encontraron y los mataron uno por uno. Vamos, Rex nos está esperando en Trinity Church.
—Augurio trabajaba en un proyecto —murmuró Thomas—. La Caja de Pandora.
—Eso dijo Augurio hace meses, pero fracasaron…
Gritos en la calle la interrumpieron; gritos de hombres, mujeres y algunos niños. Ambos cruzaron una mirada y asintieron; se movieron con premura hacia una de las ventanas descubriendo un destacamento de policías y cyborgs de Ingenetronics.
—… algunas ratas, tal vez haya un nido —decía un policía—. ¡Debe haber rebeldes cerca!
La gente que vivía abajo, tal vez una familia y algunos otros infelices, empezaron a protestar.
—¡Silencio, sacos de pus! —gritó una voz metalizada, signo de que se trataba de un cyborg de clase A, conectado a la Info-Red-Neural—. Llévenlos a las celdas. Si tratan de huir, mátenlos. Los examinaremos sólo se llevarán a los que sirvan.
“¿A los que sirvan?” pensó Thomas extrañado; no era la primera vez que veía una situación semejante. Contó cinco policías y el cyborg; atacando por sorpresa y con la ayuda de Marin sería fácil derrotarlos.
Activó su brazalete y sintió el pinchazo de la aguja que le suministraba Anger-7; al instante un caudal de energía lo inundó. Miró a la mujer y le hizo señas para que lo siguiera, pero ella se rehusó, dándole a entender que había dos cyborgs más. Thomas ardía de furiosa impaciencia, volvió a insistirle mediante señas. La lucha sería pareja sólo si actuaban en ese momento, sin el factor sorpresa estarían en clara desventaja; pero ella se volvió a negar, se dio vuelta y se marchó, dejándolo solo.
Abajo empezaron los lamentos desesperados de los que se llevaban detenidos; con un esfuerzo sobrehumano, Thomas fue en pos de Marin.

La encontró en la azotea, mirando el cielo violáceo que cubría Manhattan; las corrientes de aire contaminado salidas de los tubos de ventilación de las Torres Babilonia hacían imposible ver las estrellas desde hacía más de dos décadas.
—¿¡Qué significó eso?! —preguntó Thomas, furioso—. ¡Podríamos haberlos ayudado, romper algunas cabezas…!
—¿Y preguntar por los Líderes? —interrumpió ella, mordaz, pero calmada—. Acéptalo de una vez, Blaine. Los mataron, nadie puede vencer a Ingenetronics. Desperdicié tres años de mi vida. ¿Y tú? ¿Cuántos perdiste? —ante su silencio ella prosiguió, implacable:— Tú, Rex y yo somos los únicos que quedamos de nuestro grupo; la última vez que intentamos algo semejante perdimos a Loren y a Remy. No voy a arriesgarme otra vez.
—Tú no eres así, ¿qué te pasa? —preguntó Thomas con el ceño fruncido, la droga le quemaba y sin la consecuente descarga física estaba excitado, tembloroso.
—Ser secuestrada por los cyborgs y estar confinada semanas no hacen que quieras saltar sobre esos tipos sin sopesar las consecuencias. Me arriesgué por la causa y ¿cual fue el resultado? Sufrimiento, dolor, angustia. Ya no siento nada de eso, y pretendo seguir así —decidió darle un golpe bajo:— Loren y Remy murieron por mi culpa, por rescatarme. No haré que sus muertes sean en vano.
Thomas desvió la mirada y resopló:— Lo… siento…, estoy alterado...
Marin se sentó sobre el borde de la azotea y se abrió de piernas para él, lo miró y se humedeció los labios:— Necesitas descargar tanta energía acumulada. Úsame, cariño.
La oferta era tentadora, pero Thomas, respirando con agitación, la rechazó:— Déjame en paz, Marin. ¡Vete…!
Ella sonrió despreciativa y le dijo:— Tú te lo pierdes, iré a buscar a Rex. Golpea a quien quieras, cáscatela, llora lo que tengas que llorar, pero ven con nosotros y olvidemos todo.

La vio marcharse. Estaba cambiada, pero no era la única; él también había cambiado, aunque mientras ella se volvió fría y sarcástica, él se había vuelto más… ¿débil? Tratando de enfocarse, y controlar el efecto del Anger-7, se preguntó qué buscaba cuando volvía a su antigua vivienda. Desde que la conexión con los Líderes había sido interrumpida, estaba a la deriva. Jamás se había sentido tan solo.
Entonces, sin poder creerlo, el cel-dex de su brazalete empezó a destellar con una luz verde. Una llamada privada vía el prototipo de la Red-Interalios, la más básica de las conexiones después de la vieja Internet. Sin perder tiempo, contestó y el contador de su cel-dex empezó a bajar rápidamente; un minuto para ser acoplado por la Info-Red-Neural, dos minutos para que empezara el rastreo.
—¡Thomas, creí que te había perdido! —la voz distorsionada de Augurio denotaba alivio.
—Mierda, Augurio, ¿estás bien? —tenía miles de preguntas para hacerle.
—No, y no hay tiempo para explicaciones. Nos traicionaron, casi destruyen la Caja de Pandora —la voz sonaba afligida—. Estoy descargando a tu cel-dex una dirección encriptada, tienes que ir allí en una hora.
Se empezó a escuchar un chirrido, señal de que la Info-Red-Neural se había acoplado y alguien empezaría a rastrear para triangular las posiciones.
—¡Están desapareciendo personas, Augurio! ¿Es eso? ¿Dónde estuviste? —el hombre sentía el corazón palpitándole frenético.
—No hay tiempo, Thomas.
—¡Mierda…! ¿Qué es esta dirección?
—El lugar en el que nos reuniremos —un suspiro y una advertencia—. Ten cuidado.
Cortó la comunicación faltando dos segundos para que la Info-Red-Neural confirmara su ubicación. Sin querer arriesgarse más, el rebelde se apresuró a abandonar la azotea. De una u otra manera, Thomas Blaine supo que jamás volvería a aquél edificio.

Aunque discutieron por la llamada de Augurio, Marin y Rex acompañaron a Thomas al punto de reunión: una fábrica abandonada. Allí encontraron un computador portátil encendido sobre un escritorio, un bolso de cuero gastado y un draztar.
—Parece que la zorra está aquí —comentó Marin.
—¿Zorra? Yo lo imagino como un nerd de pelo grasiento, panzón y adicto al porno —dijo Rex Mayfield—. ¿Por qué piensas que es una mujer?
—Porque sólo nosotras somos tan manipuladoras como lo es Augurio —respondió Marin con una sonrisa, miró burlonamente a Thomas—. Nunca dijiste qué creías tú, Blaine.
El hombre no respondió; eran cosas que se preguntó durante los siete años que había trabajado con Augurio. Después de tanto tiempo, era la persona más allegada a él, más que cualquiera de sus compañeros, pero también la más distante y misteriosa. Algunas veces pensaba en Augurio como “ella”, otras veces, le resultaba más parecido a un “él”. Había descubierto que, dependiendo de sus estados de ánimo y de su soledad, había hecho que Augurio fuera en su fantasía lo que él necesitaba creer en cada momento. ¿Era posible no conocer ciertas cosas luego de años?
Lo único seguro es que había sentido desesperación cuando la conexión se había interrumpido entre ellos, sentía que había perdido una amiga especial, un compañero fiel.
—Vamos, gatita, gatita, sal de tu escondite —murmuró Marin.
Una figura se perfilo delante de ellos, a metros de distancia, iluminada por la luz del computador. Su rostro permanecía entre las sombras de una capucha.
—¿Augurio? Aquí estamos —dijo Thomas—. Somos lo que quedamos de la Resistencia. ¿Quieres explicarnos qué ocurre?
—No parece panzón —murmuró por lo bajo Rex, intentando ver mejor.
—Profeta nos traicionó y nos entregó. Equipos enteros fueron capturados. Oráculo está muerto, Madame Xanadú desaparecida —contestó con voz reverberante, indicador de que llevaba algún tipo de máscara—. Maté a Profeta y accedí a sus archivos donde encontré los planes que Ingenetronics tiene para la humanidad.
—Se están llevando familias enteras a las celdas de detención —contó Thomas.
—Y se llevarán a más. Ingenetronics los quiere para incorporarlos al sistema Homo-Technis, el Proyecto de Evolución Humana. Crearon Pigritia-4 para adormecer nuestras respuestas emocionales; así sería más fácil remodificarnos.
—¡Estoy harto de toda esta mierda! Si lo que dices es cierto, ya estamos jodidos y los de Ingenetronics estarán interesados en el último de sus granos en el culo —dijo Rex; el cañón de su draztar apuntó a Augurio—. Dime por qué no deberíamos entregarte y librarnos del asunto…
—¡Rex, baja el arma! —ordenó Thomas, enojado.
Entonces todo se descontroló; una descarga láser surcó el aire y Rex Mayfield se desplomó al suelo con la cabeza destrozada.
—Odio que los hombres duden —dijo Marin, sin mediar palabra se giró y le disparó al sorprendido Thomas.
Aún con los efectos del Anger-7 en su sistema, apenas tuvo tiempo de esquivar la descarga; pero no tuvo tanta suerte cuando Marin le apunto con su segundo draztar. Una de las cinco púas de metal lo alcanzó en el pecho. El golpe lo arrojó hacia atrás, derribándolo con un golpe sordo.
—Marin —murmuró Augurio—. Siempre supe…
La mujer disparó su draztar. El láser atravesó el cuerpo de Augurio, pero sólo hubo una breve ondulación del aire, un parpadeo y luego la imagen se recompuso.
—Un holograma…
—Como iba diciendo… —continuó Augurio, que se había colocado detrás de la mujer—. Siempre supe que eras la Puta de Babilonia. Nunca creí en tu secuestro.
Marin se dio vuelta y Augurio le clavó una daga de plasma, hundiéndole la hoja hasta el mango en el vientre. Sus rostros quedaron enfrentados; la sorpresa inicial de Marin se transformó en una sonrisa socarrona, sus ojos estaban rojos, pero no por la sangre sino por una luz interior. A su vez los ojos detrás de la máscara de Augurio se abrieron por la sorpresa. La mujer lanzó un puñetazo y despidió a su oponente por los aires con una fuerza extraordinaria.
—¡Saco de pus! Somos el próximo paso evolutivo de la Humanidad, somos Biodroides, el cuerpo del Homo-Technis —caminó hacia la figura de Augurio que trataba de incorporarse—. Tienes razón, tenemos pensado algo grande, la Fase III: Conversión. Seremos una sola conciencia, una Colmena, superiores a los Humanos hechos de carne y emoción. Somos la Inteligencia Racional, y los hemos vencido.
La figura de Augurio, aún arrodillada, se río, sin humor alguno.
—No, sólo eres la suma de la mierda humana —levantó su cel-dex, apretó la pantalla y dijo: —Y estás acabada, perra.
La expresión de Marin cambió al sentir una vibración; miró hacia su vientre, donde seguía la daga de plasma clavada y la vio irradiar una luz blanca, abrasadora. Profirió un grito de rabia e impotencia muy humana al tratar de arrancarse el arma; pocos segundos después el grito de Marin Reyes se vio ahogado por una explosión que sonó como si algo se desgarrara y licuara.

Thomas se miró el cuerpo desnudo; un pequeño vendaje le cubría el pecho ya que la fatal púa de metal no le había perforado ningún órgano vital. Augurio entró con una bandeja de comida, sonrió al verlo despierto y se sentó sobre su cama para revisar los vendajes.
—Todavía no se me ha roto el corazón… —comentó Thomas, tranquilo.
—Estuvo a punto. ¿Estás con ánimo para escuchar? —preguntó, alcanzándole la comida.
—No tengo muchas opciones —carraspeó, un poco incómodo por lo que quería decir—. Te extrañé… tanto.
—Yo también… —Augurio sonrió y suspiró.
Se quedaron ambos observándose. Había algo entre ellos dos que superaba la distancia y el tiempo. Era un nuevo comienzo, lo sabían, pero no sabían qué más decir o hacer en ese momento. Thomas se quedó tranquilo, al ver la mirada de Augurio, llena de promesas; aún le dolía todo el cuerpo y tenían algo por hacer, pero no tardaría en buscar su compañía de otra forma. No lo dejaría ir y no se lo perdería.
Augurio se acomodó el cabello negro detrás de la oreja y cambió de tema al decir:— Diseñé una manera de destruir los planes de Ingenetronics. Las Torres Babilonia son un complejo aséptico de emociones, los Technis se vanaglorian de ello. Desarrollaron las drogas para nosotros; nos han vuelto adictos a algunas de ellas para conservar el placer, la fuerza. Es hora que se las devolvamos.
Thomas Blaine observó la pantalla del computador. Allí estaba el trabajo de Augurio, el suyo propio y el de la Resistencia; todos habían aportado su granito de arena para esto. Las misiones y acciones de años se habían materializado finalmente.
—La Caja de Pandora —leyó Thomas—. La descargaremos en la Info-Red-Neural de las Torres Babilonia, y al abrirse, los males serán soltados en su interior.
—Sí, y tal vez, con algo de suerte para nosotros, quedará la Esperanza —dijo Augurio.


Música para el Relato: Theme of Thomas [My Heart Is Broken by Evanescence]
 https://www.youtube.com/watch?v=W1kBukg3Jv4


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